La irritabilidad en personas mayores

Publicación: Nov 14, 2023

Categoría: Noticias | Población mayor

Persona esperando

La tercera edad es muy propensa a cambios en su estado de ánimo. Después de todo, no hay que olvidar que no se trata de un simple periodo más, sino de una etapa vital. La irritabilidad en personas mayores es uno de los fenómenos más frecuentes, y no siempre sabemos hacerle frente de la manera adecuada. En este artículo te mostramos cómo abordar el que puede ser un desafío.

¿Cuáles son los factores que pueden contribuir a la irritabilidad en algunas personas mayores?

Conviene atender, en primer lugar, a las causas lo que vamos a denominar como una predisposición emocional. ¿A qué nos referimos con esto? No estamos hablando de un humor permanente, sino de una mayor facilidad a mostrarse enfadados o molestos. Comprender por qué les sucede es base para el cuidado de las personas mayores y para su calidad de vida.

Pérdida frecuente de personas queridas

Una vez que pasan de los setenta, cada ciertos años recibirán una noticia que, hasta entonces, no era tan común. El fallecimiento de amistades se vuelve frecuente, y supone una sensación de soledad que se va incrementando. Lo mismo sucede con la muerte de hermanos o hermanas, una circunstancia todavía peor.

En ambos casos, la persona siente que está quedándose atrás y empieza a ver con claridad su proceso de envejecimiento. La irritabilidad en personas mayores viene enlazada con la negación, una de las primeras etapas ante cambios drásticos.

Menor contacto con familiares cercanos

La dificultad para desplazarse como hacía antes —ya fuera con el transporte público o conduciendo el vehículo propio— aumenta la lejanía respecto a las personas de la familia. Por un lado, ahora solo los verán al recibir visitas y, por otro, tendrán que adaptarse a los medios de comunicación actuales para tener contacto.

Una consecuencia directa de lo anterior es el pensamiento de haber sido abandonados. En otros casos, poseen la creencia errónea de que son una molestia, lo que también les ocasiona enfado.

Falta de costumbre a la pérdida de capacidades

Justo antes de avanzar hacia nuevos grados de dependencia —entre los 75 y los 80 años—, la imposibilidad para realizar acciones que antes eran comunes se hace más patente. Hablamos tanto de actividades cotidianas como de medios de socialización o de aficiones, una circunstancia a la que les cuesta bastante acostumbrarse.

Esta es una de las causas que ha sido señalada por la Fundación Atilano Sánchez Sánchez. Un sentimiento que surge de manera rápida es el enfado con ellos mismos, unido al resentimiento con quienes no les comprenden.

Sentimiento de complejo por el olvido

Unido a esa irritación que sienten hacia ellos, está el sentimiento de complejo. Cuando se dan cuenta de los primeros despistes, que luego desencadenan en olvido de recuerdos a muy corto plazo, tiene lugar la ira. Estas emociones derivan de no comprender cómo pueden no recordar determinadas actividades que repiten todos los días.

Esta es la causa que antes debes saber identificar para que la persona pueda recibir un diagnóstico temprano. Es posible que haya comenzado algún tipo de demencia, por lo que conviene acudir a un neurólogo.

¿Cómo gestionar la irritabilidad en personas mayores?

Una pauta fundamental es que sepas adaptarte a los cambios de ánimo que van mostrando y nunca cuestionarlos. Puedes hacerle ver que es una situación normal o que está afrontando una nueva etapa de su vida. Eso sí, evita hacerle sentir mal por mostrar sus emociones para que no adquiera inseguridad.

Dialoga y presta atención a posibles síntomas de depresión

Una charla puede ser muy fructífera para que exprese sus emociones. Piensa que, precisamente, reprimirlas causa un enfado bastante notorio en cualquier persona, más aún en los mayores. Intenta que sea un diálogo extendido, cordial y muy cercano para que te explique qué siente. En todo momento, ten en mente que es un problema que le está afectando.

Durante la conversación, sería interesante que le preguntaras por la evolución de sus sentimientos a lo largo del día. La apatía, la tristeza o la melancolía pueden ser sintomas de depresion a los que es importante atender.

Procura implementar actividades de socialización

Los mayores necesitan pasar tiempo con otras personas, y las podríamos distribuir en dos clases principales. Por un lado, su familia, hacia quienes profesan un amor incondicional y con quienes el enfado puede mitigarse. Por otro, su grupo de iguales, formado por quienes están en la tercera edad y tienen necesidades similares.

El hecho de que cada semana estén en contacto con los dos hace que incremente su bienestar. Lo que buscamos es que sean capaces de dominar la irritabilidad en personas mayores de forma progresiva.

Utiliza el blíster de medicamentos para darle autonomía

La pérdida de independencia produce rechazo hacia ellos mismos y, en ciertas ocasiones, hacia quienes más se la hacen ver (cuidadores, familiares, etc.). Conviene ayudarles a que mantengan su autonomía durante el mayor tiempo posible, prestando atención a las cuestiones más relevantes. Una de ellas es el tratamiento farmacológico que tengan prescrito.

Organizar sus pastillas es una tarea a la que están acostumbrados, y enseguida notan cuándo ya no son capaces de hacerlo. Un blister de medicamentos preparado de forma segura por un farmacéutico es indispensable para que sigan realizándolo.

Hazle ver que su compañía es de agrado para todos

Otro de los sentimientos que debemos contrarrestar es el de ser una molestia. Esta falsa creencia les acompaña durante muchos años y acaba atormentándoles. Deben saber que su presencia hace sentirse bien a los demás, y que hay muchas personas que se alegran de verles. Háblales de vecinos concretos, familiares o personas del lugar de residencia.

Cada vez que salgan a pasear, procura que efectúen algún tipo de ejercicio de memoria. Por ejemplo, contar qué hacían en el parque donde os vais a sentar, quién era la persona que acaba de saludar o qué ruta hacía cuando salía por su propia cuenta.

Esta ha sido una aproximación clara y directa sobre cómo tratar la irritabilidad en personas mayores. Es cierto que se trata de una situación muy difícil de gestionar, pero también lo es que requiere un enfoque adecuado por tu parte. Intenta basarte siempre en la psicología y la empatía para ayudarles a acostumbrarse y aceptar los nuevos cambios que están experimentando.

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