Farmacias vascas preparan SPD a más de 800 ancianos que viven en casa

Autor: fagor

Publicación: Mar 31, 2016

Categoría: SPD

Las personas muy mayores (también algunas más jóvenes pero dependientes) que viven en casa tienen problemas para medicarse como es debido. Según diferentes estudios, entre un 50% y un 60% de los ancianos incumple en mayor o menor media los tratamientos farmacológicos cuando la adherencia a ellos es una herramienta fundamental para el bienestar de los enfermos crónicos. Por este motivo, el Departamento vasco de Salud firmó en 2009 un acuerdo con los tres colegios de farmacéuticos para encargarles la tarea de preparar los blísteres (envases) con los fármacos de abuelos que reciben ayuda a domicilio. En la actualidad, 807 personas se benefician de este programa. El número no deja de crecer año a año por la razón ya de sobra conocida: el envejecimiento de la población. «Ha experimentado un incremento del 55% respecto a diciembre de 2012», señala el director de Farmacia del Gobierno vasco, Iñaki Betolaza.

Este servicio farmacéutico encaja como anillo al dedo en la estrategia de atención sociosanitaria, diseñada para afrontar el reto del imparable aumento de pacientes crónicos que acarrea la mayor esperanza de vida. Y es que son los municipios, como responsables de la atención domiciliaria, los que tienen que solicitar el programa para que sus servicios sociales puedan después identificar los potenciales usuarios. Un total de 138 de ayuntamientos han firmado un convenio con la consejería de Salud para beneficiarse del programa. Se trata mayoritariamente de localidades de Bizkaia y Gipuzkoa, lo que explica que de los 807 pacientes atendidos, 427 sean vizcaínos, 340 guipuzcoanos y solo 40 de Álava.

Una vez que un municipio se suma a la iniciativa, se imparte un sencillo curso a las farmacias del lugar que quieren participar. Cuando los servicios sociales aconsejan este servicio a un paciente, también se imparte formación a su cuidador «para que tenga conocimiento de la medicación que toma el anciano, las pautas de administración y cómo deben conservarse los fármacos», detalla Betolaza. Además, el usuario debe dar por escrito su consentimiento porque sus datos médicos van a ser accesibles a otras personas.

Entre las ventajas de este programa, además de la comodidad para el anciano y sus cuidadores, figura la interacción entre los médicos y los farmacéuticos ya que «si estos detectan alguna incompatibilidad o duplicidad en los tratamientos, contactan con el facultativo para contrastar opiniones».

«Nos comunicamos con el médico ante cualquier problema»

Elena Artetxe es farmacéutica en la localidad vizcaína de Markina y su botica es una de las 288 del País Vasco que ofrece el servicio personalizado de dosificación de los medicamentos. «En estos momentos, atendemos a ocho pacientes de la ayuda a domicilio más otros cuatro que lo han pedido a nivel particular», comenta.

Su experiencia de años le lleva a afirmar sin duda alguna que se trata de un atención «de mucha ayuda para los cuidadores» encargados de que el anciano tome la medicación de forma correcta. Entre otras ventajas, señala que el farmacéutico ejerce de manera importante como profesional de la salud porque «en cuanto vemos cualquier problema, nos comunicamos con el médico».

Los envases SPD con las pastillas van sellados, de modo que cuando se devuelven se puede comprobar el grado de adherencia al tratamiento. «Es un servicio muy importante para el usuario y para nosotros porque nos permite estar muy dentro del sistema de salud», resalta.

Nueve de cada diez atendidos son pacientes polimedicados que toman una media de diez pastillas al día. El 42% vive solo en su casa con ayuda domiciliaria y por la mayor longevidad femenina, el 65% son mujeres. Aunque la horquilla de edad va de los 60 (personas con dependencias físicas o mentales) a los 94 años, la inmensa mayoría son octogenarios.

El funcionamiento de este servicio es muy sencillo. La persona mayor o su cuidador acude a la farmacia de referencia a por el envase que organiza los medicamentos por días y por horas. Entrega el blíster de la semana anterior y se lleva el nuevo. Como las pastillas van dentro de casillas plastificadas, es fácil comprobar si se han tomado todas o se ha producido algún olvido.

31 euros por paciente y mes

El Departamento vasco de Salud abona por cada paciente 31,16 euros al mes, de modo que el presupuesto previsto para este año es de unos 300.000 euros, 21.000 más que en el ejercicio pasado. Este gasto, no obstante, se ve compensado con el ahorro que acarrea un buen uso de los medicamentos en una doble vertiente. De un lado, porque al favorecer la adherencia a los tratamientos esto evita ingresos hospitalarios. Además, permite un uso más racional de los medicamentos. Iñaki Betolaza comenta que, desde su puesta en marcha en febrero de 2009, los farmacéuticos han aconsejado la retirada de 8.467 recetas cuyo coste sumaba 139.242 euros.

Los usuarios también están satisfechos con el servicio. El 80% de los pacientes o sus cuidadores lo considera «muy útil». Además, nueve de cada diez señalan que le aporta tranquilidad, le facilita la autonomía y, en consecuencia, supone una importante mejora de su calidad de vida.

Fuente: El Correo

Noticia original Farmacias vascas organizan cada semana la medicación de 800 ancianos que viven en casa

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