La salud de los mayores en otoño se ve comprometida por el propio cambio de estación y por el clima de la época. Con el objetivo de proporcionarles el cuidado y la asistencias que merecen, conviene recordar cómo les afecta el paso del año. En este sentido, ¿cómo podemos ayudarles durante los meses que se avecinan? Lo explicamos.
¿Cómo afecta el otoño a la salud de los mayores?
Cuando llega el mes de septiembre, es común que percibas un cambio de comportamiento entre las personas de tercera edad cerca de ti. Existen numerosas razones que lo justifican, y a menudo nos centramos en las físicas. Sin embargo, en esta ocasión haremos también referencia a las emocionales y psicológicas que comprometen la salud de los mayores en otoño.
Las enfermedades respiratorias, mucho más frecuentes
El otoño aumenta la prevalencia de las enfermedades respiratorias, sobre todo, en la tercera edad porque tienen un sistema inmunitario más debilitado. Como consecuencia, poseen más probabilidades de sufrir gripes o catarros estacionales. Incluso si están vacunados, los días que pasan sin salir de su vivienda ocasionan un aislamiento acentuado.
Hay casos peores a los que debemos prestar atención. Por ejemplo, a cómo desencadena la bronquitis síntomas que podemos reconocer fácilmente. Entre ellos, la dificultad para respirar, la inhalación silbante o el cansancio extremo después de caminar por la casa. Estas señales de alarma nos ayudarán a proporcionarles atención médica temprana.
El cansancio extremo, una circunstancia preocupante
Generalmente, se asocia el cansancio extremo con una condición común y, por tanto, poco peligrosa. Sin embargo, llega a desembocar en un deterioro importante en su calidad de vida. Imagínate sentir que no eres capaz de llevar a cabo las actividades diarias como hace un mes, ¿cómo te sentirías? Eso es lo que les sucede a ellos.
Esta situación provoca una tormenta perfecta en otoño, dado que se genera menos serotonina. Esta hormona, relacionada con la felicidad, la estabilidad emocional y la energía, escasea con los cambios de tiempo. Esto es algo que nos sucede a todos, pero que, como siempre, padecen en mayor medida nuestros mayores.
Mayor posibilidad de aislamiento y dificultades en la socialización
Los días fríos, las lluvias y las tormentas fuerzan a las personas de edad a permanecer en casa. Están más indefensos frente a los fenómenos meteorológicos adversos y no tienen la misma facilidad para hacer planes. Como consecuencia, dejan de socializar y de acudir a sus centros de ocio, cafeterías o reuniones con amigos.
Es cierto que la pandemia ocasionó un aislamiento forzado que todavía se mantiene a veces en este grupo de edad. Sin embargo, es esencial mantenerlos en contacto con su familia cada día, también en persona. De ninguna manera pueden permanecer solos un día completo, pues perjudicaría más a la salud de los mayores en otoño.
Consejos y recomendaciones
Debemos partir siempre desde una perspectiva de responsabilidad en el cuidado de personas mayores. Estamos hablando de una población vulnerable y que presenta un grado de dependencia cada vez mayor. Conviene desarrollar habilidades como la empatía, la comunicación y la comprensión antes de trabajar con ellos.
Cada persona de edad está involucrada en una especie de combate consigo misma en otoño. Por un lado, debe afrontar esta estación sin contraer enfermedades respiratorias ni sufrir accidentes derivados de los temporales. Por otro lado, sienten preocupación acerca de cómo les afectará el tiempo que pasen en sus hogares sin salir.
Hay distintos consejos que debemos proporcionarte para que procures mantener su bienestar:
- Intenta que salgan cuando el tiempo esté más calmado, estableciendo una especie de rutina para que aprendan a valorar los días soleados y estables.
- Trata siempre de mantener una pauta de visitas que lleve a cabo toda la familia, de manera que esté acompañado siempre que lo necesite y tratar así la salud de los mayores en otoño.
- Dales medios para que puedan realizar actividades en su propia casa, como pueden ser la jardinería, la escritura, los rompecabezas o la costura.
Por otro lado, es primordial que reciban las vacunas que correspondan según el calendario. Este año, por ejemplo, la campaña se ha adelantado para cubrir a este grupo etario frente a la creciente incidencia de la COVID-19. Debemos estar atentos a cómo provoca la neumonía síntomas para llevarlos al médico lo antes posible.
Una última recomendación está relacionada con la posibilidad de que ellos mismos establezcan una rutina cuando estén solos y no puedan salir. Por ejemplo, una jornada que comience con el cuidado personal y el aseo, continúe con la limpieza de la casa y siga con una serie de actividades lúdicas y recreativas.
El SPD, una solución para la salud de los mayores en otoño
Como has podido ver hasta ahora, el otoño aumenta la probabilidad de que sufran enfermedades respiratorias que pueden desencadenar en cuadros graves. ¿Qué podemos hacer para que mantengan su salud incluso con el paso de los meses más fríos del año? Existen ciertos factores de riesgo a los que debemos estar atentos:
- La mayoría de ancianos están polimedicados, lo que complica la adherencia al tratamiento prescrito.
- Incluir complementos como vitaminas o probióticos es más complicado porque se les tienden a olvidar.
- La falta de acompañamiento constante hace que puedan confundir fármacos, con un efecto nocivo.
El SPD o Sistema Personalizado de Dosificación contribuye a salvar estos tres problemas o, en cualquier caso, a reducir su impacto. Este medio de organización les permite visualizar lo que deben tomar en cada comida, y cada día. Están preparados para unificar una semana completa en una hoja sencilla que no les resultará complicada de entender.
Gracias a su elaboración —que tiene lugar en la propia farmacia— son capaces de llevar las pautas que les dio el médico. Igualmente, evitamos que se confundan de fármaco, que dejen de tomar uno o, en el peor de los casos, que sufran una sobredosis accidental. Recuerda que esta última puede derivar en un ingreso hospitalario o en situaciones más graves.
Hemos abordado cómo les afecta a la salud de los mayores el otoño, pero todavía queda una cuestión prioritaria: ¿de qué manera procurar que mantengan su bienestar después del verano y con la llegada del frío? Conviene hacerlo siempre desde una perspectiva de acompañamiento e intergeneracional, como no podía ser de otro modo.
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