El edadismo en la atención sanitaria

Publicación: May 17, 2023

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La sociedad ha comenzado a hablar de edadismo, un término que puede sonar algo lejano. La realidad es que refleja un tipo de discriminación más grave y patente de lo que puedas considerar. En este artículo ponemos de relieve la situación actual, especialmente, en el ámbito sanitario.

¿Qué es el edadismo y por qué debemos saberlo?

El desconocimiento hacia una forma de rechazo social implica una cierta tolerancia que, en ningún caso, deberíamos permitirnos. Por ello, hay que ser conscientes de la realidad con el objetivo de poder afrontarla y, por supuesto, enfrentarla. Especialmente, cuando los más afectados son los ancianos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) hace una correcta reflexión sobre el edadismo y su significado. Es la creación de estereotipos y prejuicios hacia personas de la tercera edad. Este grupo puede considerarse a partir de los 65 años, aunque las opiniones son diversas. Por lo general, abarca a quienes se han jubilado.

Respecto a ellos, una creencia que debemos desmontar es que ya no son útiles para la sociedad. Cierto es que dejan de desempeñar una función laboral, pero también lo es que asumen roles de cuidadores, en muchos casos, por encima de sus capacidades.

Un problema social de actualidad

El avance de la sociedad es imparable, en eso estamos de acuerdo. Pero ¿lo estamos haciendo todos a la misma vez? Hay un sesgo que va más allá del que se produce entre niveles socioeconómicos, y está vinculado a la edad. Cuando nuestros mayores quedan atrás, es innegable que perdemos todos.

Una comunidad —llámese país, ciudad o pueblo— no puede permitirse relegar a un segundo plano a quienes fueron responsables de su desarrollo. Esto, con independencia de que su evolución se produjera décadas atrás. De hecho, la mayor dificultad de épocas pasadas hace que nuestros ancianos tengan aún más mérito.

Para que comprendas mejor el alcance de este problema, te mostraremos varios datos de interés, publicados por la OMS en 2021:

  • La mitad de la humanidad refleja actitudes edadistas, con mayor incidencia entre los jóvenes de Europa.
  • Esta forma de discriminación está relacionada con un mayor número de muertes prematuras (7,5 años, respecto a la media).
  • El coste económico de combatirlo en la atención primaria excede los 60 000 millones de dólares anuales en Estados Unidos.

El edadismo en la Sanidad, una situación aún más grave

Esta forma de discriminación, igual que muchas otras, causa una pérdida de oportunidades y de nivel adquisitivo en quienes la sufren. Pero todavía hay una consecuencia peor y en la que queremos centrarnos ahora. Cuando los ancianos no reciben la atención sanitaria que merecen, la situación es extrema.

Durante la pandemia de COVID-19, asistimos a cómo los mayores quedaban aislados y no podían comunicarse con su médico de cabecera. Lo mismo sucedió con el suministro de medicamentos, puesto que el traslado hacia las farmacias era muy peligroso. Como soluciones improvisadas, se crearon grupos de ayuda entre vecinos.

Como sucede en muchas ocasiones, la solidaridad trató de solucionar este problema. Pero todavía conviene plantarse tres cuestiones a las que, te adelantamos, la respuesta es rotundamente negativa:

  • ¿Fue suficiente la asistencia que recibieron?
  • ¿Contribuyó a mejorar su calidad de vida o a no empeorarla?
  • ¿Es un medio que se sigue llevando a cabo hoy en día?

Hemos hecho un análisis de la situación actual, con el que nos ha bastado para identificar dos circunstancias que se producen con demasiada frecuencia.

Falta de acceso a los tratamientos

La medicina evoluciona y nuestra Sanidad Pública refleja el mismo progreso. Pero ¿cómo esperamos que los mayores se adapten si la atención al paciente se concentra, en su mayoría, en internet? Las citas telefónicas han demostrado ser un obstáculo más para esta generación.

Cuando los ancianos no poseen conocimiento acerca de cómo acceder a un especialista, no reciben el tratamiento oportuno. Lo mismo sucede cuando no tienen medios para desplazarse con frecuencia para recibir el cuidado prescrito en un centro médico. Esta es una circunstancia que empeora en zonas rurales o aisladas.

Escasa consideración hacia sus necesidades

Los médicos han recibido una formación sólida, eso no lo pondremos jamás en duda. Pero no es menos cierto que hay aspectos psicosociales que presentan los mayores y a los que no prestamos la debida atención. De hecho, son cuestiones que se tratan de solventar con el acompañamiento de un familiar.

Pero ¿qué sucede cuando no es posible y deben acudir solos? La principal consecuencia es la incapacidad para expresar su estado con claridad. Otra cuestión patente es la dificultad para entender las pautas de medicamentos o para recibir el volante hacia un especialista. En ambos casos, el resultado es una pérdida en la calidad de vida.

Claves para un sistema sanitario integrador

Hay varias claves que se podrían implementar, siempre favoreciendo a las personas mayores. Recuerda que el acceso a atención sanitaria de calidad en un derecho, por lo que las políticas públicas deben integrar una perspectiva de edad e igualdad:

  • Promover la adaptación de tratamientos a personas en situación de inmovilidad o dependencia.
  • Facilitar el desplazamiento de médicos al domicilio de los pacientes, sobre todo, en zonas rurales.
  • Establecer criterios de actuación ante personas ancianas con algún tipo de agorafobia.
  • Mantener una perspectiva inclusiva, junto con cuidadores, vecinos/familiares y acompañantes.

Pero ¿qué se busca cuando hablamos de acabar con el edadismo en la atención sanitaria? Hay ciertos objetivos que la sociedad debe tener en mente:

  • Conseguir que las personas mayores puedan tomar decisiones sobre su salud y su bienestar.
  • Evitar ingresos hospitalarios innecesarios por no haber recibido atención a tiempo.
  • Mejorar la calidad de vida y también extender la esperanza de vida.
  • Combatir el aislamiento social y facilitar un acceso igualitario a los servicios públicos.
  • Generar un clima de comprensión y entendimiento hacia las personas mayores.

Por otro lado, también se busca minimizar la polimedicación excesiva. ¿Sabes por qué? Principalmente, debido a que está situación origina un mayor avance de enfermedades cognitivas y circulatorias (las primeras, con mayor incidencia).

Como has podido ver, el edadismo en la atención sanitaria es una realidad que, como sociedad, debemos combatir. La solución pasa por una mayor adaptación de nuestro Sistema Nacional de Salud hacia los ancianos. Para ello, obviamente, hay que concienciar, conocer y comprender.

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