Los usuarios de una residencia de mayores requieren un enfoque de cuidados multidisciplinar. Desde el punto de vista médico y sociosanitario, lo reciben gracias a los grandes profesionales que trabajan en estos espacios. Sin embargo, el bienestar emocional se suele descuidar por la falta de medios. Como propuesta de solución, queremos compartir contigo ciertas recomendaciones.
Hacia un modelo de cuidados más humano
¿De qué manera podríamos garantizar la estabilidad psicológica y la calidad de vida de nuestros ancianos? Hay ciertos consejos que no podríamos dejar de poner de relieve. El objetivo es convertir a la residencia de mayores en un espacio de integración, seguridad y confort para quienes necesitan descansar, pero sin caer en el sedentarismo.
Fomentar la participación activa
Conviene darles oportunidades para que socialicen y formen parte de un grupo de iguales. Estar en una residencia puede ser también una ocasión para hacer grupos de amigos y compartir actividades que interesen a estas edades. Entre ellas, las más sencillas pueden ser las clases de expresión artística (tanto visual como musical) o los juegos de mesa.
Hay centros sociosanitarios que optan por el baile o el canto, dos recursos que son muy efectivos para darles una nueva dinámica. Lo mismo sucede con los juegos de mesa (como puede ser el parchís), los de azar (como el bingo), los más activos (como la petanca) o los de agilidad mental. Estarás de acuerdo con nosotros en que estos últimos son vitales para retrasar la demencia.
Apoyar la autonomía
La autonomía de nuestros mayores va en claro declive cuando entran en la etapa de gran dependencia (entre los 75 y los 80 años, aproximadamente). Junto con esto, experimentan cuadros de ansiedad y depresión al ver que no pueden valerse por sí mismos. ¿Cómo podemos ayudarles ante esta circunstancia inevitable?
Hay que seguir siempre un enfoque de dignidad, evitando el paternalismo y el control demasiado rígido. Cuando se le da una perspectiva de acompañamiento, evitamos que empeore su autoestima y, por tanto, mantenemos su bienestar emocional. Intenta que sean ellos quienes elijan sus horarios para comer o levantarse, pero evitando el sedentarismo.
Fomentar las relaciones sociales
Como avanzábamos antes, la socialización en la tercera edad es una cuestión prioritaria. Los centros sociosanitarios recurren en ocasiones a actividades para días especiales en las que participan también los familiares. Esta estrategia no puede ser más beneficiosa para ellos, pero ¿cómo les introducimos en un grupo de iguales?
Cuando llegan por primera vez a la residencia de mayores, es habitual que sientan incomprensión y aislamiento. Por ello, lo mejor es pautar una mayor frecuencia de visitas, tanto de familiares como de amigos o vecinos. Es decir, de personas que les han necesitado y que les pueden transmitir un claro mensaje: que lo siguen haciendo.
Ofrecer servicios de apoyo emocional
Esta es una baza muy clara y que queremos poner de relieve. Una residencia de mayores debe ser un entorno terapéutico en el que los mayores se sientan bien en todos los aspectos. Como es lógico que no siempre lo harán, hay que dotarla de una estructura de apoyo mediante la intervención de psicólogos y psiquiatras.
Pero hay otras dos figuras que no siempre se ponen de valor. Por un lado, tenemos a los trabajadores sociales, cuya implicación personal contribuye a facilitar la vida de quienes están en una residencia de ancianos. Por otro, están los terapeutas ocupacionales, que evitan el aburrimiento, la sensación de poca utilidad o el temido sedentarismo.
Estimular el ejercicio físico
La actividad física es uno de los pilares que están presentes en las residencias, pero no siempre de la manera adecuada por la falta de medios. Generalmente, se imparten clases grupales con ejercicios suaves, pero ¿sabes cuál sería una propuesta todavía mejor? Distribuir las dinámicas por niveles, siempre atendiendo a las capacidades de cada uno:
- Las personas que han perdido su autonomía pueden hacer actividades de agilidad y destreza manuales, igual que juegos mentales como sustituto.
- Quienes todavía pueden caminar tienen la opción de realizar algunos juegos, caminatas suaves y ejercicios de relajación, como el taichí o la gimnasia.
- Por último, quienes disponen de total movilidad pueden acudir a clases de natación, un deporte que involucra todos los músculos del cuerpo.
Mantener conexiones familiares y comunitarias
Las conexiones comunitarias merecen toda la atención por su elevado potencial para los mayores. Por ejemplo, pueden participar en programas de voluntariados, con lo que reforzamos también la sensación de que son necesarios para la sociedad. Incluso pueden hacerlo en compañía de sus familias, de manera que los resultados son todavía más beneficiosos.
El bienestar en el sentido emocional tiene otro aliado que está ganando relevancia durante los últimos años. Estamos hablando de los programas intergeneracionales, en los que pueden compartir sus experiencias con los más jóvenes. Estos últimos pueden acudir a la residencia de mayores para pasar tiempo con personas mayores.
Brindar espacios acogedores
¿Cómo crees que sería un centro sociosanitario perfecto? Creemos que lo más importante es que cuenten con espacios al aire libre, que demuestran ser completamente útiles para relajarse y distraerse. Los jardines, patios y terrazas dan sensación de amplitud y evitan el aislamiento que suelen sufrir.
Respecto a las zonas comunes, hay tres opciones que nos encantan y que queremos proponerte:
- La aromaterapia se basa en fragancias suaves para mejorar el bienestar.
- La cromoterapia recurre a paredes pintadas en tonalidades agradables.
- La musicoterapia es ideal para mejorar la salud emocional de los mayores.
Promover la comunicación y el respeto
Cualquiera de las dinámicas que hemos mencionado, como te imaginarás, requiere un enfoque de respeto e integración. Defendemos siempre una perspectiva basada en la colaboración intergeneracional y no en el aislamiento. Quienes tienen la suerte de trabajar con nuestros mayores deben demostrar —y así lo hacen en la mayoría de casos— cariño y empatía.
Como has tenido ocasión de ver, una residencia de ancianos puede experimentar una transformación radical con simples cambios como los que hemos visto. Para ello, eso sí, es necesaria la colaboración entre el equipo médico y los familiares de cada usuario. Lo que se debe evitar es que el cambio de entorno que supone trasladarse al centro implique su aislamiento. ¡Podemos ayudarles!
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